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jueves, 6 de julio de 2023

Nuestras dos naturalezas y su ADN


Nuestras dos naturalezas y su ADN:

Para eLO, todas las ciencias son material de consumo, porque sin sus conocimientos, sin informaciones científicas, nunca podremos aspirar a dominar el arte de aprender a pensar con libertad o tan adecuadamente como exige la objetividad y la responsabilidad. Especialmente, la rama de la biología, la filogenia, nos interesa para comprender nuestra genética. Los individuos somos diferentes por varias razones. Entre ellas, nuestra procedencia biológica imprime en nuestros genes información de la que podemos sonsacar muchos datos para comprender comportamientos personales. Por lo tanto, nuestra familia va a tener mucho que ver en el desarrollo de nuestra personalidad, tanto por esta cuestión como por la educación que de niños recibamos. Por último, debemos tener en cuenta que la familia no es sino parte de nuestra gran familia, la especie humana. Nuestros actos y pensamientos van a estar determinados por la genética de nuestra especie, nos guste o no.

Como el resto de familias animales, los seres humanos tenemos una carga en nuestro ADN, producto de una atávica evolución como especie cuya herencia condiciona nuestro comportamiento actual. Nos guste o no, cuesta mucho combatir sus efectos para modificar el lógico o natural proceder de las personas, originado por la influencia de dicho legado génico en nuestra idiosincrasia. El genoma humano no se entendería si no tuviéramos en cuenta algo tan fundamental como que somos parecidos a las demás especies, aunque... ¡no podemos equipararnos! ~ Esto que digo parece una obviedad pero, general y popularmente, no la estamos apreciando correctamente. Solemos compararnos con nuestras mascotas y valorarnos de acuerdo a sus comportamientos y no es correcto ni objetivo... ya que ¡no somos iguales! No tenemos la misma historia. Desde que iniciamos el camino de la socialización, nuestras costumbres han ido cambiando y éstas arrancaron muchas modificaciones en nuestra genética. Éste es el motivo por el que debemos comprender bien tanto lo que nos une como lo que nos distancia del resto de la diversidad animal.

Como no somos del mismo género, no cabe esperar conductas similares y todas éstas tienen su porqué ligado al comportamiento de cada una de las especies a lo largo de su evolución. Sabemos que las necesidades vitales de todos los animales deben merecer una atención especial para desarrollar habilidades que nos permitan satisfacerlas. También se ha demostrado que si no utilizamos algunas partes del cuerpo o ciertas aptitudes que necesitábamos en el pasado, nuestra genética toma nota y suprime la evolución que conllevaba dicho abandono. Para entender bien el sistema o método que utiliza la Ley de la Supervivencia de las Especies, no es necesario sino ver documentales de personas competentes y atender correctamente a sus explicaciones. Cierto es que estos científicos han estudiado en universidades y otros centros docentes de máximo nivel, pero no menos cierto es que, si nos lo tomamos en serio, podemos aprehender cómodamente todo cuanto ellos intentan comunicarnos... ¡lo suficiente para comprender el funcionamiento de las Leyes Naturales para poder aspirar a ampliar suficientemente las múltiples informaciones necesarias para emitir juicios de valor en muchas cuestiones que nos interesan y que, a veces, son de gran ayuda para tomar decisiones que nos mejore la vida.

La principal diferencia consiste en que nosotros tenemos dos naturalezas: la animal o primitiva y la racional o intelectual evolutiva. La primera nos viene legada por nuestras vivencias desde un tiempo inmemorial. Por tanto, fácil es comprender que su modificación nos deba resultar complicada y el trabajo para lograrlo requiera de un tiempo largo que supere muchas generaciones. Pero las personas no solemos ser conscientes de lo que esto significa. Debido a nuestras reconversiones de conducta, más que necesarias por el tipo de sociedades en las que nos movemos e interactuamos, nos vemos forzados a infringir nuestros códigos más arraigados por miedo al castigo que recibiríamos de las nuevas y recientes leyes gubernamentales. Esto debe ser así, pues nuestra convivencia depende de ello, pero ignorar la tropelía que estas leyes modernas no pueden ni deben dejar de cometer, simplemente es... ¡No comprender la cuestión con objetividad!

El autoritarismo y la violencia forman parte de nuestro instinto animal y deberíamos entender con algo más de objetividad acciones que catalogamos inconscientemente como "monstruosas", cuales son robar, violar o matar. Del mismo modo deberíamos considerar el no desprendernos fácilmente de la parte de "dictadores" que todos heredamos al nacer. De no haber tenido estos genes, sencillamente... ¡No existiríamos! La cuestión es que, aun siendo natural este comportamiento, las personas logramos una evolución mayor, proporcionalmente a la carga animal que conseguimos trasladar a ese apartado intelectual, a través de ciertos cambios sociales que posibilitaron otro tipo de educación dirigiéndonos hacia formas más civilizadas que han desarrolado nuestra naturaleza racional.

La educación es el principal motor de estos cambios genéticos y de nuestra evolución. La instrucción crea cultura y ésta actúa sobre nuestros genes, aunque con resultados a largo plazo. Por lo tanto, la humanidad no conseguirá mejorar sino en función de la calidad y cualidades que se quieran inculcar por parte de las autoridades educativas. Desgraciadamente, éstas no suelen querer otro tipo de educación que la que más convenga para el mantenimiento de sus privilegios. En toda mi vida nunca he visto u oído hablar de gobierno alguno que se haya ocupado o preocupado por enseñar a sus ciudadanos a pensar con libertad... ¡A pensar por sí mismos! ~ Sería muy estúpido pensar que a los poderes fácticos no les preocupara perder esa ventaja de la que casi siempre han gozado: el beneficio de dirigir al rebaño por los senderos que más les han interesado, agradado o convenido. Tal es así que culparles cerrilmente, demonizando sus egoístas maniobras o su insolidaridad no es objetivo ya que actúan siguiendo las indicaciones de su naturaleza primitiva o animal y esto es lo más natural del Mundo. Lo más natural es valorar estos procederes como arcaicos y sujetos a nuestras más originales Leyes de Supervivencia.

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