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jueves, 6 de julio de 2023

Por qué ser idiota?


 
¿Por qué solemos ser idiotas y no participamos en lo que nos debería interesar?
¿Por qué no se toma más conciencia de lo que nos puede beneficiar o perjudicar?
¿Por qué no hacer nada por lo que nos incumbe y afecta a nuestro futuro y al de nuestros hijos?

La palabra "idiota" se usaba en latín con el significado de "ignorante" aunque, en el medievo, así se les llamaba a los que no creían en Dios. Proviene del griego "idiotes" cuya definición era: "El que no se ocupa de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados", lo que hoy llamaríamos, coloquialmente: "apolítico pancista". Su raíz: "idio" significa "propio". Es fácil deducir que estamos hablando de personas egoístas en el peor de sus significados.

Desentenderse de la política tiene graves consecuencias. No hay que ser un “Einstein” para saber que la política nos concierne a todos, seamos de la condición que seamos. Cristo dijo: “lo del César, al César y lo de Dios, a Dios”, lo cual no es lo mismo que decir: “Si te dedicas a asuntos del César, no te dediques a asuntos de Dios”. O sea: ambas cosas son necesarias en la vida del Ser Humano. Las creencias tanto espirituales, como políticas, como de cualquier otro asunto que nos afecte como personas, son deber ineludible de merecer nuestra atención o preocupación. Me da mucha pena oír o leer: “A mí, la política no me preocupa tanto” o lo que es lo mismo: “A mí, el librepensamiento no me quita el sueño”.

En “El Librepensamiento Objetivo” (eLO) intento demostrar como casi todos nuestros problemas provienen de esa negligencia o apatía hacia los asuntos públicos. En el fondo, eLO es la política llevada a su máxima expresión. Sin librepensamiento NO ES POSIBLE LA DEMOCRACIA… ¡Y menos una beneficiosa y decente! El propósito de mi ensayo no es otro que dar una alternativa a esta vida de la que tanto nos quejamos, pero sin actuar con lógica conveniencia para el conjunto de la sociedad. Con el modelo electoral que propongo en “Mi modelo de democracia”, todos nuestros problemas serían tratados de acuerdo con la voluntad popular.

Estas mal llamadas “democracias” de hoy (partitocracias) no cumplen ese requisito tan fundamental. Es todo mentira porque no nos han educado para pensar por nosotros mismos, sino que nos han adoctrinado con una educación que favorece a los intereses (sólo económicos) de los poderes fácticos que, hoy día, se organizan a nivel mundial. De modo que, si no intervenimos en la política, no haremos otra cosa que perpetuar el sistema que continuará arruinando nuestras vidas… ¡Las de casi todos! Y no digo todos, por prudencia, pues los ricos, aunque no me den la razón, serían más felices y podrían ocuparse de sus vidas con más plenitud de conciencia.

Tanto pobres como ricos necesitamos lo mismo… ¡Pensar en cómo queremos vivir nuestras vidas! Además de cómo hacer posible que nuestras libertades no se pisoteen unas a otras. Así que NO SEAMOS IDIOTAS y preocupémonos por la política, pero la política bien entendida. No he inventado nada, sólo he desarrollado un sistema o un método científico para llevar a cabo la misma teoría que nos dicen para nuestra mal llamada "democracia", sólo que yo intento que coincida con la práctica, con la realidad… ¡A todos nos interesa lo mismo! ¿Para qué enfrentarnos constantemente en bandos? ¡Unámonos! Ésa es mi proposición.

  

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