En el MARGEN LATERAL IZQUIERDO están relacionadas las OPCIONES que te ofrecemos y en el CENTRO-DERECHA, las ENTRADAS que puedes ver.

jueves, 10 de octubre de 2024

EVOLUCIÓN e IDEOLOGÍA

 

La evolución y las ideologías

 

La evolución, lo mismo la personal como la de no importa qué otra cosa u objeto, implica cambios. Éstos son imprescindibles para la vida o para el desarrollo de toda existencia… Hasta los inertes minerales sufren cambios por la erosión y otros procesos científicos. También debemos saber que las ideologías son producto de nuestra naturaleza “RACIONAL” y sirven para marcar las directrices de nuestros cambios vitales, con la finalidad de cumplir con nuestra libertad de ser. No es de recibo que dejemos que sean los demás quienes manejen los progresos de nuestro ser.

 

En este Mundo, ¡no hay nada sin cambios! Si, dentro de lo que podamos, no los dirigimos nosotros mismos, las circunstancias lo harán por nosotros. Es la Ley Natural de la vida. La que no podemos cambiar y la que no debemos transgredir, salvo que busquemos provocar sus consecuencias. De acuerdo con lo que acabo de señalar, las ideologías y las creencias son producto de la supuesta racionalidad de los seres humanos y por lo tanto susceptibles, en un altísimo porcentaje, de haber sido mal elaboradas.

 

Como todos deberíamos saber, las personas somos falibles y creer en la corrección de nuestra ideología o que es la mejor es, sencillamente, un claro síntoma de IGNORANCIA o ESTUPIDEZ. Que los fanáticos de derechas y los de izquierdas se acusen mutuamente de “partidistas” es una clara demostración de la irracional forma de entender esta cuestión. Ambos sufren la misma enajenación mental, ésa que produce el malvado fanatismo y, asimismo,  ambos sufren la ceguera de no percibir su “humanidad” con claridad. ¿Quién no comete errores? Es una de las objetividades que obviamos constantemente.

 

Esto es lo que nos hace caer en el absurdo pozo de nuestras peores percepciones. Mi recomendación es que recapacitemos y veamos este asunto como nuestro principal vicio humano. Para solucionarlo sólo debemos tener la firme voluntad de CAMBIAR el rumbo de nuestras ideologías, esforzándonos por sacarlas del necio partidismo. Intentemos ser imparciales, ¡cueste lo que cueste! Dejemos en el olvido nuestros peores instintos, como es el odio hacia nuestros adversarios. Es el único modo de salir todos ganando.

 

Cortemos de raíz esta maldita espiral de desprecios y descalificaciones. Esta actitud, desgraciadamente tan corriente, no favorece el entendimiento y nos lleva al peor destino de la humanidad… ¡Las guerras! No digáis que estáis en contra de ellas si no hacéis nada para salir de vuestra amarga y descerebrada actitud partidista… ¡No tiene sentido! Y resulta ser, objetivamente, una incongruencia de gran calado. El odio y el desprecio son como ese bumerán que nos cae encima con la misma fuerza con la que lo hemos lanzado.

 

Una agresión no se arregla con el “ojo por ojo”, lo diga quien lo diga, las soluciones sólo van a venir de la mano de un diálogo bien efectuado, de un acuerdo entre las partes que satisfaga a todos. Si buscamos una solución definitiva y no los “parches” a los que nos tienen acostumbrados los políticos actuales, nuestros planteamientos deben resultar justos y nunca deben ser medidas autoritarias impuestas por el poder de las armas.

 

¿De qué civilización podemos presumir si no somos capaces de entendernos buenamente? El hecho de que no consigamos ser imparciales augura malos auspicios para la paz y el amor, para un futuro mejor, un buen legado para dejar a nuestros hijos y nietos. No veo ninguna virtud en tener “ideas fijas”… ¡CAMBIÉMOS! Siempre he oído decir que rectificar es de sabios. Creo que ahí es donde radica la virtud, ¡en la sabiduría! La Historia nos demuestra, una y otra vez, que lo que digo es cierto y que se pierde más que las vidas que acortamos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario